Quería contar una historia,
mas la musa me ha tenido abandonada,
de un anciano que sufre de la gula
y se llama Don Ambrosio Tragaaldaba.
Don Ambrosio se levanta muy temprano,
y una estela de explosivos va dejando,
se regresa a refugiarse en su lecho,
porque siempre se la pasa reposando
come tanto Don Ambrosio en la mañana,
y a las pruebas eficientes me remito,
Tragaaldaba se devora la heladera,
porque tiene un excelente apetito
masca y masca Don Ambrosio en la mañana,
masca y masca Don Ambrosio al medio día,
masca y masca Don Ambrosio por la tarde,
masca y masca por la noche y por el día
Don Ambrosio duerme y masca y se reposa,
le amanece y le anochece en la cuestión
me pregunto ¿cuándo y dónde y a qué hora?
Don Ambrosio tiene una digestión
que sería de la vida del anciano
si su hija la gordita cariñosa,
no le hiciera su arepita en la mañana,
y en la tarde se la hiciera su hija Rosa
cuando suenan las cazuelas rebosantes,
con el hambre, casi siempre que le mata
Don Ambrosio se presenta en la cocina,
y enseguida para oler quita la tapa
Don Ambrosio igualito que la abuela,
se le olvida que comió y esto preocupa,
nuevamente va y destapa la cazuela
y enseguida mete un pan y se lo chupa
Se la pasa murmurando Don Ambrosio,
que es un pobre mortal muerto de hambre
su mujer tan malvada no lo cuida,
y por esto es que está flaco como alambre
Algún día Don Ambrosio Tragaaldaba,
cuando viaje a los mundos del Señor,
segurito que San Pedro viene y dice:
aqui viene el viejito jodedor!